Las investigaciones demuestran que los alumnos cuyos padres participan activamente en su vida educativa obtienen mejores resultados en lo que respecta a la educación, el empleo, la salud, la economía y la vida alejada de la delincuencia.
Los profesores y los pedagogos son fundamentales a la hora de implicar a los padres en la educación social y cultural de sus hijos en la escuela, pero carecen de métodos útiles para conseguirlo. El proyecto “¿Quién dirige la orquesta? – Una responsabilidad compartida de padres y profesores en la educación social y cultural de los niños” pretende concienciar sobre la importancia de los padres en la vida escolar de los niños y desarrollar métodos concretos para mejorar la colaboración entre profesores, pedagogos y padres.
Los elementos clave del proyecto se basan en las teorías de P.-O. Wikström, profesor de Criminología de la Universidad de Cambridge, y en una metodología y un programa de formación interdisciplinar denominado “¿Quién dirige la orquesta?”, desarrollado en el municipio de Vejle (Dinamarca) para tratar con niños y jóvenes problemáticos.
Según Wikström, los niños que crecen con buenas relaciones, buenas costumbres y educación, que aprenden el autocontrol y crecen en un ambiente saludable, se vuelven resistentes a la delincuencia y al abuso, y experimentan una mayor autoestima (Wikström, 2016).
Los ambientes más importantes para el aprendizaje del autocontrol y el desarrollo de la moral personal son la familia y la escuela. Una buena colaboración entre la familia y la escuela y un sentido de responsabilidad compartida son esenciales para implicar a los padres en las actividades escolares y, por tanto, en la educación social y cultural de sus hijos.